Desde entonces te sueño al despertar,
y te busco en la gélida mañana
cuando viene a posarse en mi ventana
tu ausencia y el recuerdo azul del mar.
Ahora sin ti es difícil respirar,
y se hace interminable la semana
sin escuchar tu voz... ya tan lejana,
tan distante de mi alma y de mi hogar.
Y hoy te escribo estas letras silenciosas
para decirte adiós... pero aún así,
como miles pequeñas mariposas
acudirán las lágrimas a mí,
recordándome todas esas cosas
que sonreír me hicieron junto a ti.
Issire(Diana Rodrigo)
martes, mayo 23, 2006
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