Tu nombre es el prefijo de la ausencia,
dos sílabas hermosas y dolientes,
forjadas por los hados inclementes,
que hicieron de tu nombre una advertencia.
Así desde tu cuna la sentencia,
como un rumor de trágicas simientes,
se alzaba a contemplar las diferentes
caricias de mi amor de adolescencia.
La noche se me adentra como un clavo
herrumbroso de amargas soledades,
pensando en como el tiempo te desgrana.
Y yo que en ti empecé sin ti me acabo
perdido en el dolor de mis verdades:
Vivir sin ti es morir cada mañana.
Diego Jerez
viernes, mayo 19, 2006
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2 comentarios:
Es todo un honor Pablo.
Muchísimas gracias.
Un abrazo.
¡Coño!...¿y cómo descubriste este blog?
De nada, pongo los mejores, y los que puse son los mejores tuyos (al menos los que he visto).
Otro abrazo para ti.
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