jueves, mayo 18, 2006

Una canción

Una canción redime al condenado,
sin padrinos, sponsors, club de fanes,
para los trenes, desenfada el fado,
matusalenes torna en piterpanes.

Con tres acordes menos uno basta
para plantar un árbol que germine,
luego puede venir, o no, la pasta,
Johnny Cash no contaba con el cine.

Atención a la flecha que deshiere,
que acecha el corazón de quien no quiere
dejarse malquerer talón mediante.

Una canción es otra despedida,
un rayo en la sonata de la vida,
un gallo en la garganta del cantante.

Joaquín Sabina

1 comentario:

Pablo Fariñas Álvarez dijo...

Lo tuve en cuanta, pero si flojea en los cuartetos tengo por seguro que el ritmo endecasilábico no es el que conviene y que podría estar más elaborado. Por si es poco, las imágenes creadas en él no se mantienen y se pierden sobre todo al entrar en los tercetos. Como culmen, el clímax no se alcanza, y es una pena porque la combinación -ada/-ida está bien elegida.

Lo único que he hecho, sin cambiar el tema del soneto, es mejorar las imágenes que se dan a lo largo del soneto, que se muestran erotistas y sensuales y luego en los tercetos melancólicas y emotivas, alcanzaran un verdadero clímax y se mejoraran sin perder el tema presente del que hablan.

Si hago una aclaración, ten por seguro, que sé de lo que hablo; aunque quizá me digas que tú final era mejor que el mío, he contribuido a mostrarte que debería ser de otra manera y a indicar al anterior usuario de tu blog que un soneto siempre se puede mejorar por muy bien que esté.

Un saludo.