Ya el viernes casi ha finalizado.
Si un sábado -de gloria- no esperara
no te habría llamado, amor, para
que no se cruce el hoy con el pasado.
Cada hora del viernes la he pagado
con lágrimas -la ausencia cuesta cara-
Un día más o menos. Y no para
el reloj su tica tac acompasado.
¿Estás ahí? ¿me escuchas? ¿o te has ido?
Oigo tu respirar... Me ha parecido
oír un clic, como si un alma rota...
Como si el corazón no respondiera
a mi llamada. O que no quisiera
el corazón hablar de su derrota.
Raimundo Escribano
jueves, junio 29, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario