Regresarás a ti, cansado y viejo
con olvidos y nieblas en la frente.
Te verás a ti mismo nuevamente
con la última luz en el espejo.
Pero estará borroso ya el reflejo
de tu vida de ayer. Seguramente
creerás que no eres tú, que es otra gente
ese en el que te ves raro y perplejo.
Preguntarás quién es ese que miras
confundirás verdades y mentiras
y olvidarás tu nombre. Ni siquiera
te quedará el consuelo de saberte
abocado a los brazos de la muerte
que detrás del espejo nos espera.
Raimundo Escribano
jueves, junio 29, 2006
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