Hoy es domingo ¡viva la alegría
y caiga el desamor en el olvido!
Hoy, del resto del tiempo me despido.
Hoy tengo, para amarte, todo el día.
Desde temprano, amor, te llamaría
por preguntarte cosas sin sentido:
que cómo estás o qué tal has dormido
(y también, si me quieres todavía).
Pero es tarde ya para llamarte,
para quedar contigo, para amarte
con este amor sin hilos que he inventado...
Y si te llamo y nadie me responde
Dónde podré llamarte luego? ¿dónde?
¿Dónde estarás, amor, inencontrado?
Raimundo Escribano
jueves, junio 29, 2006
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